sábado, 10 de noviembre de 2007

Apóstata irremediable


Ante mí, P. Juan José Lacasa Guigas, cura ecónomo del Santísimo Redentor de Sevilla y en presencia de Mª Reyes Gil Menendez y Ana Gonalez Puchades, vecinas de Sevilla, se presentó D. Enrique Moreno Dominguez de veintiun años de edad, hijo de D. Francisco Moreno Perez y Dña. Gracia Dominguez Marquez , con domicilio en la calle San Juan de Dios nº 20, y declaró libre y expontaneamente ser su voluntad expresa de no pertenecer a la Iglesia Católica Romana desde este mismo momento para todos los efectos que se han de seguir de esta declaración.
Y como Cura Ecónomo lo firmo y sello en Sevilla a veinticinco de Mayo de mil novecientos setenta y uno.

6 comentarios:

Sir John More dijo...

Ahi está, algo que deberíamos hacer todos. Como he dicho en muchos sitios, soy un perfecto zoquete en poesía, así que te mentiría si te dijera que me han gustado tus poemas. También mentiría si te dijera que no me han gustado... En cuanto a las pinturas, algunas, así al pronto, si me han gustado mucho, aunque habría que verlas al natural. En cuanto a las máscaras, hace mucho que me gustan. Bienvenido tu mundo a este mundo, bienhallado en tu cuaderno. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Diga lo que diga, sir john no es más que un perfecto sócrates, solo sé que no sé más que lo suficiente pa ir tirando, como todos. Pero a mí me gusta siempre lo que escribes, Sire, y me emociona mucho, mucho, leer a Enrique, al que he admirado siempre, del que he envidiado su enjundia, su ansia libertaria. Otro abrazo.

enriquemoreno dijo...

Hola Sir John, ya te envié un mensaje a tu correo, ni siquiera sabía que podía contestar tu comentario por aquí, pero voy aprendiendo poco a poco. Gracias de nuevo por tu apreciación, creo que voy "dejando sobre el papel al ser vivo completo, a la criatura entera y no solo al esqueleto de la criatura" como dice Sanchez Rosillo, lo que no sé es como se asimila esto desde afuera. Un abrazo.

enriquemoreno dijo...

A tí anónimo decirte que me gustaría saber quien eres y que se me hincha el corazón al leerte. Gracias. Un abrazo

Anónimo dijo...

Ya que así me lo solicitas: soy aquel que tuvo tu comprensión en momentos duros, aquel que subió de vez en cuando a tu sagrario perfumado de músicas, tintes y grifa del pasaje de Andreu. Aquel que buscó, recibió y atesoró la impronta del buen gusto de un esteta inadaptado, libertario y zen. De todo eso no me olvido. Me hubiera gustado quedarme allí una temporada, como Manuel, eso nunca te lo dije, es más, ni me lo dije. Manuel también me llamaron, Rodríguez por más señas. Os quiero mucho.

enriquemoreno dijo...

Joder, esto es un anónimo de lujo, que alegría Manuel, si supieras cuanto me has elevado en estos momentos, tengo armas para combatir, amigos ya pocos, pero reconforta saber que además cuento contigo, tu conmigo siempre. Recibe un abrazo.