lunes, 11 de febrero de 2008

Hoy


Hoy adivino la esfera brillante
Desapareciendo por el arco abrasador
De mis sufrientes párpados
Susurra por el cuerno de cristal luciente
La música de John Cale al viento
Exhausta y abismada
Como dispara con desprecio la brisa
Del sendero los olores otoñales

!Oh almas terrenas!
La sustanciosa melodía
Se nos muestra a los inmortales
Esparcida en el profundo negro

Hoy sembrar el engaño frío y perpetuo quiero
Desde la mundanal distancia contemplativa
Más no quiero que dudes hoy
De la sonriente fuente que pretende
Arder flameando en vapores de triunfo
El topacio centellea enterrado en la espesura del fuego
Y se apagan los rastrojos encendidos
En el escalón del monte

Los aduladores metamorfosean la apariencia
Con llaves de desatino
En un mundo de lazos y palabras
Arrojadas a la noche oscura

Hoy la hostilidad muestra la absurda huella
Lanzando centellas de flautas siderales
Pintando la esencia con ojos petrificados y ácidos
Liberados por fin de la áspera visión
De una filosofía de esperanza contra el nihilismo
!Criaturas débiles!
¿Cuál es el delito del taciturno letargo
Que asfixia sin aliento ni vergüenza?

Un rayo deletéreo
Es la promesa motor
De una imperfección
Penosa y prolongada

Hoy mis ojos
Esos que un día se colmaron de ambiciones nobles
Matizan color del mar de invierno
Palidecen mis mejillas como la indolencia del cirio apagado
Y solo impasible robustece
Confiando incesante en el verdadero
Y oculto placer eterno
El poder salvador de la inteligencia

Hoy el sempiterno fulgor encendido
En el fruto de la clara contemplación
Me augura
Que la verdadera nostalgia está en el futuro


Sueños de invierno - Hoy - 11/02/08 - enrique moreno

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